• Diego Verdaguer fue uno de los artistas más reconocidos 
  • Tristemente, falleció el 27 de enero de 2022
  • A continuación, una de las últimas entrevistas que concedió

Diego Verdaguer estaba en el auto con su hija cuando se topó con una de las piezas más representativas del rock en español: No voy en tren, de Charly García. Volver a escuchar la canción le provocó, según sus propias palabras, una alegría muy grande que decidió prolongar grabándola por mero gusto. 

Así fue como, a mitad de una pandemia que paralizó a la industria de la música, el cantante argentino dio muestra de su talento y su vigor artístico poniendo su voz a una canción que no podría ser más conocida, duplicando la esencia que había convertido el tema en un éxito ochentero.

En entrevista exclusiva con ALLVIPP ES, Diego Verdaguer habla sobre su versión a No voy en tren, colaborar con Amanda Miguel, divertirse en su trabajo, pilotear en el video de la canción y la decisión que tomó justo al inicio de su carrera que lo convirtió en el dueño absoluto de su catálogo musical.

No voy en tren: una entrevista con Diego Verdaguer 

ALLVIPP ES (AV): Al ser músico y estar acostumbrado a los escenarios, las giras, estar de aquí para allá ¿qué tan complicado ha sido este año en el que básicamente se tuvo que recluir en diferentes espacios?

Diego Verdaguer (DV): Sí fue complicado pero aproveché el tiempo. Me dediqué a leer, a buscar información, compuse como 20 canciones; me dediqué a producir algunas canciones a la distancia con amigos productores que consideré oportunas. En fin.

Lo que más digamos sentí fue la soledad de estar solo en mi departamento de la Florida porque mi mujer se quedó en California y yo no quería ir, ella no quería venir… ya sabes. Eso fue lo más difícil. Creo que supe aprovechar el tiempo.

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Diego Verdaguer en el video de la canción 'No voy en tren'

AV: Y una de las cosas en las que se nota aprovechó el tiempo fue en aventurarse un poco más en su carrera. Con No voy en tren entra a un género en el que no lo habíamos escuchado y lo hace con un cover de Charly García. Considerando la historia de la música argentina ¿por qué tardó en entrar al rock cuando le ve completamente cómodo en el género?

DV: Yo soy un cantante y me siento cómodo con las canciones que me gustan. Si yo siento que me siento cómodo y que puedo ser yo, las puedo cantar. Me abrí camino en el mundo de la música cantando mis canciones porque, además, fue un momento de despertar y de encontrar la huella que iba a funcionarme para poder crear una carrera, un reconocimiento. Afortunadamente pude lograr escribir y coescribir muchas canciones que me han permitido, tanto cantante como compositor, andar.

Ahora me puedo dar estos lujos de grabar canciones que tenga ganas de cantar y no importa el género si me gusta la canción. En mi carrera hice pop romántico, pop-pop y dentro de ese pop hubo algunos con una tendencia de rock porque así son las influencias. En mi vida todas las influencias musicales significaron algo que sembró en mi realidad; el rockabilly primero y después el rock nacional como le decimos en Argentina. 

Cuando el rock nacional empezó a tener su espacio yo hacía baladas, pero convivía con el rock porque yo trabajaba en un programa de televisión (Sotano Beat) y ahí… conocí a muchos artistas que comenzaban con el rock argentino, que tenían esa actitud, vestirse un poco como los Beatles o un grupo como los Gatos, los Bulldogs, un grupo que se llamaba Manal o Almendra, bandas que comenzaban en Argentina a finales de los sesenta y convivimos en el mismo espacio de televisión. La intención fue marcar una diferencia entre los que hacíamos la balada romántica o la balada fuerte y el rock, esa fue la intención y tenemos eso en el mercado.

La música es lo que nos rodea, si nos gusta la canción sea pop o sea rock; pop finalmente quiere decir popular, una canción folclórica o de de cualquier estilo puede ser pop. Beethoven fue pop, porque en realidad fue híper popular, han pasado 200 años y sigue siendo popular.

Yo recibo influencias de todo y hoy por hoy, en mi camino, he decidido simplemente cantar lo que tenga ganas de cantar con todo cariño, con toda entrega y divirtiéndome.

AV: ¿Qué tan complicado fue ponerle su toque personal a una canción tan conocida como No voy en tren? Charly García tiene un estilo muy distintivo y aún así cuando la escuchamos en la voz de Diego Verdaguer se convierte en una canción de Diego Verdaguer.

DV: Yo soy fan de esa canción, no de ahora sino de siempre. Se me hizo muy simpática, con gran desparpajo; muy sencilla y a la vez genial, porque tiene un arreglo que es genial. Simple pero genial. Todo va en conjunción con la canción en sí. Por eso decidí producirla de la misma manera. 

A Lucas Apestegui, que es un músico amigo mío que también es productor y ha trabajado conmigo durante muchos años, le encargué la producción y encantado la hizo. Le dije: ‘Respeta el arreglo original de Charly García que es lo que yo quiero’. Generalmente la gente que ha hecho un cover de esta canción hace un arreglo similar, pero no lo duplica. En este caso tratamos de duplicarlo e incluso le dije a Lucas, ‘prefiero que no tomemos licencias, vamos a tratar de duplicarlo lo más que se pueda’. Le pedí que tuviera el sonido de los eighties, que yo también utilicé en muchas de mis producciones.

Yo creo que mi versión de No voy en tren es una versión pop-rock, como se le denomina en la industria y creo que lo que hizo Charly también fue una pop-rock… Tratamos de buscarle un sonido que emule a los sonidos que había en el drum machine de los 80. 

Hicimos una producción pensando en que tenía que ser un traje a la medida, que le quedara bien a mi voz y a mi estilo, respetando la obra original y respetando el estilo de producción original que fue en el año 86, con el que yo estaba familiarizado. Charly García, que es una estrella del rock y un hombre que entendió el negocio y lo supo catapultar; y yo en lo mío, en lo pop hice mi camino también. Caminamos senderos diferentes pero hacia el mismo punto. 

Yo escuché esa canción y ahora que decidí grabarla me metí a ver más música, a ver entrevistas de Charly, porque me interesó conocerlo. Lo conocí más a través de los productor que están volando en YouTube y me divertí mucho.

AV: Divertirse es algo que se nota en la canción y en el video, que nos muestra a un Diego Verdaguer en una faceta que pocos conocíamos, incluso piloteando. ¿Desde cuándo lo hace?

DV: He andado en avión muchos años. Tengo un amigo que es piloto y varios amigos que tienen avión. En este caso yo lo que hice fue tomar unos cursos, igual piloteaba pero iba un copiloto detrás. No me arriesgaría a ir solo en el avión, pero sí ya aprendí a volar. 

Esos aviones son muy curiosos, no son muy difíciles y a la vez son muy complicados, porque tienen un sistema muy antiguo que se creó en 1941. El avión que volé lo construyeron en 1980, pero el sistema es de 1941, se creó para la guerra. Entonces es un avión muy versátil, muy rápido, que puede volar, puede hacer piruetas, puede volar boca abajo, es muy interesante. La pasé bien y espero seguir volando.

AV: Amanda Miguel también sale en el video. ¿Le cuesta, en este momento de su relación y su vida, convencerla de participar y colaborar con usted?

DV: En algunas cosas, en algunas cosas sí y en otras no. En algunas se me hace un poquito la ‘lo voy a pensar’, pero yo ya la conozco, la entiendo y le doy el lugar que tiene, que es un lugar muy importante en mi vida y en mi carrera. 

Hemos compuesto muchas canciones juntos, yo he producido su música, sus canciones, sus éxitos a lo largo de muchísimo tiempo y tenemos una comunión muy de la mano.

AV: Una de las cosas que brincan al momento de revisar su carrera es que tomó el control de su trabajo, compró los másters, tiene su propia discográfica y con ella edita sus canciones. Eso es algo muy interesante, especialmente por el momento que atraviesa la industria, en el que la gente se pelea por los máster y empieza a vender su catálogo. ¿Qué fue lo que lo llevó a tomar la decisión de convertirse en dueño de su trabajo a muy temprana época de su carrera?

DV: No me gustaba ser dirigido por personas en las que yo no podía confiar. Personas que evidentemente no tenían una intención noble, tenían una intención comercial fundamentalmente. Yo siempre me asocie con gente que, por supuesto debían tener una intención comercial y lo valoro porque fueron visionarios y me ayudaron a tener una oportunidad, pero cuando observaba cómo nos desenvolvíamos, yo sentía que no me iban a dar el espacio en su universo para lo que yo quería, para lograr lo que yo buscaba y siempre iba a estar dependiendo de alguien.

En este sentido, estar esperando que te respondan o estar esperando la decisión de grabar algo o de filmar algo me inquietaba muchísimo. Yo ya estaba firmado con una compañía en México que siempre me permitió hacer lo que yo quería. Cuando esta compañía la absorbe Televisa en el año 82, las cosas empezaron a cambiar, me trataron muy bien pero empezaron a cambiar las cosas en la industria. Sentimos, tanto Amanda como yo, que empezamos a quedar relegados, esperando. Yo me cansé de eso. Me fui a Los Ángeles y me dediqué a producir la música según decía en el contrato. A mí me tenían que dar el OK tal día y me tenían que depositar tal día y si no violaban el contrato, no lo hicieron y yo me fui a grabar. Invertí, hice todo yo. Llegué con mis másters, dije ‘aquí están’ y como que no me dieron mucha bolilla.

Había otra empresa, una transnacional, a la que le toqué la puerta e inmediatamente me ofrecieron el oro y el moro. Yo ya estaba por cerrar el contrato con ellos. La empresa que estaba dentro de Televisa se entera y ahí me hacen el favor de mi vida, porque le dicen a la transnacional que no me podían contratar porque era un artista de ellos, una creación de México, de Televisa. La compañía me llama y me dice, ‘no podemos hacer el contrato’. Entonces me reúno nuevamente con la persona que estaba al frente de la compañía, Alejandro Quintero, y me dijo. ‘Mira Diego, tú siempre quieres hacer lo que tú quieres. Te vas a quedar con nosotros, te voy a dar dinero, te voy a ofrecer un buen negocio, vas a tener una mejor regalía, vas a hacer lo que tú quieras, pero te vas a quedar aquí’ y firmamos un contrato de licencia. Me dieron un buen anticipo, les di las canciones en licencia y negocié algunos otros másters que estaban por allí. Trabajé un tiempo más con ellos como licencia y ya después me independicé y le di la licencia a quien en ese momento se interesara en distribuir nuestra música. 

Yo no sabía del mundo digital, en esa misma época compré los másters que había grabado en la Argentina, que no les di ni 5 de bola en ese entonces porque yo estaba enfocado en mis nuevas producciones y los tuve ahí guardados, incluso otras compañías los sacaron con otra licencia que después tuve que discutir. Llegó lo digital y empecé a reorganizar todo lo que es mi catálogo, el catálogo de Amanda Miguel, nos pusimos a trabajar y a buscar ese nuevo camino que significa la distribución de la música digitalmente que para nosotros es una gran posibilidad; para las compañías discográficas ni se diga. Es el momento más poderoso financieramente de la industria de la música. El más grande de la historia. Quizá sin tanto glamour pero con mucho más dinero.

Mi publishing, todas mis canciones, siempre la negocie con diferentes editoras que me daban un anticipo que me convenía en ese momento pero por un determinado tiempo, tres años, cinco años, y después todo volvía a nosotros.

Las compañías discográficas y las grandes publishers buscan números. Nosotros (los artistas) tenemos diferente competencia, buscamos obras que nos satisfagan. Por ejemplo, ahora yo grabé No voy en tren y no lo hice para ganar dinero, seguramente voy a ganar dinero (y Charly García también) porque le está yendo muy bien a la canción. Es un negocio muy lindo, muy noble. 

AV: ¿Qué planes tiene a futuro? ¿Le gustaría hacer más covers?

DV: No lo sé. Estoy produciendo canciones que yo compuse y voy a seguir componiendo y haciendo mis canciones, obviamente. Eso soy yo. Pero también soy yo el intérprete que de repente le gusta “x” canción y sí sé que tengo un estilo para cantar y la gente que me sigue lo reconoce, me tomo esa licencia, me divierto y a veces me va muy bien.

Por ejemplo, con la canción Tonta que grabé en mi álbum de 2017, Orgánico… a último momento iba en mi auto en Los Ángeles, estábamos ya seleccionando el material y escuché esta canción, que yo no la conocía y dije ‘Wow, qué linda canción; qué simpática canción, la quiero grabar’ y le dije a Gabriel, que es mi productor, vamos a grabar esta canción. Yo ya había incluido dos canciones en ritmo de cumbia, metimos esta y la produjimos. Sinceramente a la gente le ha fascinado, es una canción divertida; la juventud la ha retomado y siento que algo parecido va a pasar con No voy en tren, si bien es un clásico internacional mucho más reconocido con Charly García y el rock. 

Yo me divierto haciendo lo que hago, lo disfruto mucho y tengo que reconocer que es un negocio y me va bien.

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Amanda Miguel

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¿De qué país es originaria Amanda Miguel?

No voy en tren ya está disponible en todas las plataformas digitales. Además, Diego Verdaguer, Amanda Miguel y Ana Victoria se presentarán el próximo 8 de mayo en el concierto virtual Siempre juntos, que será grabado en Playa del Carmen bajo las más estrictas medidas de sanidad. Los boletos ya están disponibles a la venta en eticket.mx.