Jonathan Brandis no fue un actor infantil simplemente influenciado por sus padres o la industria. Él quería verdaderamente triunfar en el cine. Solía competir con Leonardo DiCaprio en los mismos castings y en varias entrevistas habló de sus anhelos creativos. Pocos saben que llegó a tomar clases de escritura de guiones, que escribió uno de los capítulos de seaQuest DSV con 19 años o que dirigió un cortometraje. Su gran sueño era labrarse una carrera como actor haciendo proyectos interesantes para poco a poco hacer una transición natural hacia la dirección.
La estrella de 'La historia sin fin'
El haber experimentado la fama como actor durante toda su infancia y adolescencia, para de repente verse desterrado al llegar a la adultez, habría sido muy duro para él. De niño le llovían las ofertas, hizo más de 85 comerciales y de adolescente vivió el furor teen constante ilustrando un buen puñado de portadas de revistas. Sin embargo, el desenlace que eligió para su vida demuestra el impacto emocional que esconde el descenso del éxito, sobre todo en la mente de aquel que creció con ella siendo un niño.
Pero también sirve de reflexión a la hora de analizar la responsabilidad de Hollywood cuando se trata de proteger a esas estrellas infantiles que eleva al firmamento.