Quizá todo empezó desde que Dick Wolf, su creador, fuera fuertemente influenciado por la Unidad de Delitos Sexuales de la fiscalía de Manhattan, liderada por Linda Fairstein quien era una fuerte y determinada detective en 1986. Otra posibilidad puede ser el fuerte papel que ha jugado Mariska Hargitay y cómo ha demostrado ser la piedra angular de la serie en más de una ocasión. sin dejar de lado su cautivadora química con Christopher Meloni en la primera mitad de su ininterrumpida emisión.

La ley y el orden: UVE su honestidad es lo que la mantiene actualizada

A lo largo de sus más de más de 400 capítulos, los protagonistas han ido variando excepto la detective Olivia Benson, interpretada por Mariska Hargitay.

Algunos capítulos de Ley y orden: Unidad de Víctimas Especiales plasman en la ficción escándalos de famosos tan reconocibles como los del fotógrafo Terry Richardson, Strauss-Kahn o Harvey Weinstein y crímenes de odio misógino como el de los incel. La aparición de violaciones en grupo como la de La Manada o el abuso a una participante en un reality show similar al de Gran Hermano destapado recientemente demuestra que los hechos reales en los que se basa pueden ser globales.

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Mariska Hargitay, Christopher Meloni, and Carol Burnett in Law & Order: SVU season 10.

Lo más memorable de la serie es el tratamiento que se les da a las víctimas: “la culpa no es tuya”, “nada de lo que hayas hecho te hizo merecer la agresión”, “nadie tiene derecho a hacerte esto”, “es normal que te sientas así”. Si bien es cierto que algunos de los personajes secundarios pueden dudar en ocasiones de las agredidas o agredidos, Benson nunca abandona y sigue indagando hasta llegar a la verdad. De ahí los vertiginosos giros de guión que enganchan irremediablemente al espectador.

La diversidad racial y religiosa, y sobre todo la manera de representarla, es otro punto a destacar. Desde el principio los protagonistas y secundarios tienen diferentes ascendencias y creencias. Hay afroamericanos, judíos, asiáticos, católicos practicantes, latinos o ateos. Ninguno atiende a ningún cliché y los cargos de responsabilidad no solo están representados por los blancos. Hoy hay nuevas ficciones que no se acercan ni por casualidad a un elenco tan inclusivo o, al menos, de manera tan natural.

Tampoco intenta dejar a los personajes como héroes (de hecho, el abuso policial también se pone sobre la mesa) sino como meros trabajadores. Sus vidas personales sirven para ponerles en contexto y que el espectador entienda el porqué de muchas de sus acciones. Su pasado familiar, los traumas, las adicciones o los problemas de gestión de las emociones influyen a la hora de tomar decisiones en el trabajo como le pasaría a cualquier persona.