En la película Gran Torino, los hijos de los vecinos del veterano de guerra Walt Kowalski, Thao y Sue, han sido molestados por una pandilla durante algún tiempo. Un día, la situación escala cuando la pandilla toma fotos en la casa de los niños. Walt, interpretado por Clint Eastwood, siente que es en parte el culpable de las acciones de la pandilla y decide enfrentarlos provocando que le disparen. Al hacerlo, se asegura de que la pandilla termine en prisión mientras, que al mismo tiempo, crea uno de los momentos de cine más conmovedores en la historia de la actuación.