Todos crecimos con la idea de que ser príncipe o princesa era algo increíble que sólo pasaba en los cuentos de hadas sin embargo, pasa en la vida real y muchas de las veces no es tan glamoroso y fantástico como quisiéramos pensar. Uno de los grandes ejemplos en los que unirse a la realeza resultó ser más una tragedia que un cuento fue el de la famosa actriz y diva de Hollywood Grace Kelly.

De diva a princesa: la historia de Grace Kelly de Mónaco

Grace creció en una familia acomodada que no veía bien su sueño de convertirse en actriz. Pese a la negativa de su familia, sobre todo de su padre, en 1950, con tan sólo 20 años, Kelly comenzó su carrera, primero en teatro y luego en cine en donde realizó muchas películas románticas bastante exitosas.

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Grace Kelly at the 27th Annual Academy Awards, 1955 

Tres años después de su debut, en 1953, Grace tuvo su gran oportunidad cuando fue seleccionada para protagonizar junto a las leyendas Clark Gable y Ava Gardner la película de John Ford Mogambo. Su actuación le ganó una nominación a los Globos de Oro y a los Premios Oscar convirtiéndola en una de las mejores actrices del medio. Al año siguiente ganaría el Oscar por su papel en The Country Girl protagonizada por Bing Crosby.

Los siguientes dos años serían de mucho trabajo para Grace Kelly siendo su colaboración de tres películas con el legendario Alfred Hitchcock lo más destacado de su carrera. Pero a sólo seis años de haber comenzado su carrera, esta terminaría cuando se casó con el Príncipe de Mónaco, Rainier III en 1956.

La ahora princesa de 26 años, asumió completamente sus labores como parte de la familia real olvidándose por completo de su verdadero sueño que era la actuación. A pesar de ello, en los siguientes años directores y productores le siguieron ofreciendo papeles incluyendo su ahora amigo Hitchcock con quien ella realmente quería volver a trabajar pero que le fue negada la oportunidad ya que a su esposo no le parecía adecuado que la Princesa de Mónaco representara a una criminal en pantalla. De hecho, a Rainier le disgustaba el medio de la actuación y prohibió la proyección de las películas de su esposa en el país.

Ahora bien, el hecho de que le prohibieran actuar era sólo la punta del iceberg en la pesadilla en la que se convirtió su vida. De entrada, su matrimonio estaba lejos de ser una verdadera historia de amor ya que desde antes de conocerla Rainier ya estaba en busca de una mujer hermosa y adinerada para convertirla en su esposa. Su primera opción fue la icónica Marilyn Monroe pero ella rechazó el ofrecimiento.

La familia real no tenía el dinero al que estaba acostumbrado y un matrimonio era una solución inmediata para resolverlo. Por ello, cuando Grace aceptó Rainier pidió una dote de dos millones de dólares (un dineral en ese entonces) el cual pagaron en partes iguales tanto su familia como ella.

No sólo eso, para poder llevar a cabo la boda, Rainier hizo que Grace se sometiera a pruebas de fertilidad ya que se había acordado que si Mónaco no tenía heredero el principado perdería su autonomía y volvería a ser parte de Francia. Así pues, la historia de Grace fue más un negocio que una historia de amor, algo que repercutió en el matrimonio y hasta en el trato que tuvo con sus tres hijos.

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Grace Kelly, el Príncipe Rainier III, el Príncipe Albert, la Princesa Caroline y la Princesa Stéphanie en 1976

Finalmente, la pesadilla de Grace Kelly llegó a su fin en 1982 cuando tuvo un derrame mientras conducía acompañada de su hija Stéphanie. El accidente le causó heridas en la cabeza y el tórax y después de unas horas estaba claro que la Princesa no se recuperaría, su esposo tomó la decisión de apagar el soporte. Grace Kelly murió el 14 de Septiembre en la noche.

Reina Isabell

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