Con el corazón en la mano y mostrándose más honesta que nunca, Lidia Ávila recordó la muerte de su primera hija, Sophia, en el que hubiera sido su cumpleaños 12 y contó a la revista People en Español cómo ha podido sobreponerse a la pérdida y salir adelante junto a su nuevo esposo y sus dos hijos, Erik y Lidia. “Mi hija fue una bendición en mi vida. Soy una mujer antes y después de Sophia”, señaló la actriz y cantante.

Lidia Ávila habla sobre la muerte de su hija

En una conversación íntima publicada esta semana, Lidia Ávila habló sobre la muerte de su hija Sophia, quien falleció en 2009 tras seis meses de lucha con un problema en el intestino detectado poco después de su nacimiento. 

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Lidia Ávila en un evento en la Ciudad de México, en 2007

“No es que se supere, aprendes a vivir con eso. El perder un hijo, creo, es el peor dolor que puede sufrir una madre”, dijo la integrante de OV7 a People en Español. “Es un sentimiento que no puedo explicar con palabras”.

Ávila también señaló que su primogénita fue “una bendición” y que tiene una vida antes y después de ella: “Si la volviera a ver le diría que le agradezco infinitamente, aunque fueron seis meses me convirtió en mamá por primera vez. Le agradezco lo que me enseñó porque fue un tiempo de mucho aprendizaje al verla luchar día con día por la vida”.

Así lleva Lidia Ávila la muerte de su primera hija

Durante la entrevista con el medio estadounidense, Lidia Ávila contó que pudo sobreponerse a la muerte de su primera hija gracias al apoyo de su nuevo esposo, el cirujano Isaac De Hita, y sus hijos.

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Lidia Ávila en un evento en el Museo de Cera de la Ciudad de México, en 2011

“Después de ella han venido muchas bendiciones a mi vida, mi esposo, mis hijos, la vida que tengo hoy, mi familia. Tengo muchas fotos de ella en la casa, mis hijos saben que es un angelito”, señaló.

Por último, Ávila aprovechó la ocasión para enviarle un mensaje a las madres que, desafortunadamente, atraviesan por la misma situación que ella vivió: “Es muy importante decirle a mamás que han pasado por lo que yo pasé, que te dejes apoyar; porque de pronto uno se hunde en su dolor y piensas que no hay luz en el camino. Está bien levantar la mano y pedir ayuda, y agarrarte de lo que creas”.