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Se ha visto a Carlos participando en bromas y actividades lúdicas con sus nietos, como perseguirlos por los jardines, hacerles cosquillas e incluso unirse a sus juegos imaginarios.
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No tiene reparos en mostrar públicamente su afecto, y a menudo abraza, besa y coge de la mano a sus nietos durante los compromisos y salidas reales.
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Se interesa de verdad por sus vidas y aficiones, asiste a sus obras escolares, a sus partidos deportivos e incluso va con ellos a clases de equitación.
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Desempeña un papel activo en la transmisión de las tradiciones reales y los valores familiares a las generaciones más jóvenes. Les enseña la historia de la monarquía, les lleva a visitar los palacios reales y les inculca el sentido del deber y el servicio.
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Al parecer, Carlos mantiene un vínculo estrecho y juguetón con su nieto mayor, el príncipe George. Comparten el amor por la naturaleza y a menudo bromean.
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Se dice que Carlos tiene una conexión muy especial con su nieta, la princesa Charlotte. La adora y disfruta con su contagiosa personalidad.
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Se dice que Carlos es un abuelo paciente y comprensivo con su nieto menor, el príncipe Louis. Al parecer, disfruta pasando tiempo con él y ayudándole a conocer el mundo.
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Desde que el príncipe Harry y Meghan abandonaron sus obligaciones reales y se mudaron a Estados Unidos, la relación del rey Carlos con sus nietos Archie y Lilibet Diana es casi inexistente. Aunque se ha sabido que les ha enviado regalos en sus cumpleaños.
Los medios de comunicación describen a menudo la relación de Carlos con sus propios hijos, los príncipes William y Harry, como tensa. Sin embargo, parece que ha hecho un esfuerzo consciente por estar más presente y participar más en la vida de sus nietos.
La relación de Carlos con sus nietos suele describirse como cálida, juguetona y profundamente afectuosa. Estos son algunos de los aspectos más destacados de su vínculo.