¡Nunca es tarde! Estrellas que iniciaron sus carreras ya mayores

El difunto Alan Rickman, célebre por su profunda presencia escénica, entró en el mundo del cine a los 42 años con un papel de villano en 'Duro de matar' como Hans Gruber" Este auspicioso debut marcó el comienzo de una ilustre carrera que se extendió al mundo mágico de 'Harry Potter¡ y resonó entre el público en el clásico navideño ¡Love Actually¡. El arte de Rickman, aunque lanzado más tarde que otros, dejó una huella indeleble en el panorama cinematográfico.

Betty White, una figura muy querida del mundo del espectáculo, triunfó en comedias que abarcan ocho décadas. Aunque su sitcom 'Life With Elizabeth' llamó la atención a los 30 años, fueron sus apariciones en 'The Mary Tyler Moore Show' a los 51, 'The Golden Girls' a los 63 y 'Hot In Cleveland' a los 88 las que grabaron su nombre en la historia de la televisión. El encanto y el talento perdurables de White demostraron que la edad no tiene importancia cuando se trata de dejar una huella indeleble en la industria.

El camino de Samuel L. Jackson hacia el estrellato de Hollywood se desarrolló más tarde en su vida. A los 42 años irrumpió en la gran pantalla con 'Jungle Fever', de Spike Lee, y cautivó al público. El papel de Jules Winnfield en 'Pulp Fiction', de Quentin Tarantino, se convirtió en un hito a los 45 años y le catapultó al reconocimiento mundial. A partir de ahí, los éxitos de taquilla en 'La guerra de las galaxias' y el Universo Cinematográfico Marvel consolidaron su estatus como uno de los actores más reconocidos y consumados de la industria.

Más conocida por sus papeles en 'The West Wing' y 'Esposas desesperadas', Kathryn Joosten no empezó a actuar sino hasta los 43 años. Joosten, que antes era enfermera psiquiátrica, decidió dedicarse a la interpretación a los 50 y consiguió el papel de la Sra. Landingham en la primera de las mencionadas series, a los 60, lo que demuestra que nunca es demasiado tarde para perseguir los sueños.

Demostrando que un debutante puede surgir a cualquier edad, John Mahoney pasó de editar una revista médica a ganar el premio Clarence Derwent al Mejor Actor Revelación a los 46 años, en 1986. Le siguieron papeles en películas aclamadas como 'Moonstruck' y 'Say Anything...', que le llevaron a su icónico papel de Martin Crane en 'Frasier' a la edad de 53 años.

Conocido por crear a los 40 años la versión británica y original de 'The Office', encarnando a David Brent. Antes de eso, se dedicó a la música y dirigió el grupo de rock Suede. La tardía entrada de Gervais en el candelero desafió los calendarios convencionales, poniendo de relieve que el éxito puede manifestarse de formas inesperadas y transformadoras.

La destreza cómica de Jane Lynch encontró su punto álgido más adelante en su carrera. Aunque tuvo pequeños papeles en los años 80 y 90, fue a los 40, en la película de 2000, 'Best In Show', cuando su estrella empezó a despuntar. Papeles posteriores en 'A Mighty Wind' y 'Virgen a los 40' mostraron su versatilidad, y a los 49, Lynch consiguió su papel característico como Sue Sylvester en la serie de Fox, 'Glee'.

El ascenso de Jon Hamm hasta convertirse en un galán se enfrentó a dificultades desde el principio, ya que su aspecto maduro dificultó su éxito inicial. Después de un periodo como profesor de interpretación y de pasar por las malas rachas de las agencias, Hamm se fijó un plazo personal a los 30 años. Su determinación dio sus frutos a los 37, cuando consiguió el papel de Don Draper en 'Mad Men', lo que cambió para siempre su trayectoria y consolidó su estatus como icono de la televisión.

El camino de Lucille Ball hacia el estrellato televisivo dio un giro inesperado a los 40 años, cuando ella y su marido Desi Arnaz crearon la icónica sitcom 'I Love Lucy'. El éxito sin precedentes de la serie catapultó a Ball a la fama, derribando mitos relacionados con la edad en la industria del entretenimiento y estableciéndola como una de las mayores estrellas de la televisión de todos los tiempos.

Harrison Ford, sinónimo de papeles icónicos como Han Solo e Indiana Jones, pasó de ser carpintero a tiempo completo al estrellato de Hollywood. Insatisfecho con pequeños papeles en sus inicios, Ford saltó a la fama a los 35 años con 'American Graffiti', allanando el camino para su papel fundamental en la saga de 'La guerra de las galaxias'. La trayectoria de Ford es un ejemplo de que el éxito puede alcanzarse en cualquier etapa de la carrera de un actor.